Código o Diseño web
El congreso El futuro del diseño web, celebrado en Londres, ha marcado las tendencias sobre hacia dónde va la industria del diseño web. Código limpio, accesibilidad, usabilidad y los estándares del Consorcio de la web, la W3C, son el camino por el que la industria debe ir, a pesar de los esfuerzos de las grandes empresas por vender su visión cerrada y propietaria de la Red.
Pero, lo que verdaderamente interesó a los concurrentes es aprender nuevas técnicas de programación y desarrollo, y empaparse de los trucos de los maestros del diseño internacional. Lo que se ha sacado en claro es que el diseño web es, principalmente, código. Un diseñador web hoy en día debe saber programar. La época de los diseñadores gráficos reciclados a Internet ha pasado.
El perfil profesional que emerge con fuerza es híbrido: una mezcla de artista visual y tecnólogo, o como define certeramente el término anglosajón, arquitecto de la información. O arquitecta, porque en una profesión hasta ahora casi exclusivamente masculina, cada vez se ven más mujeres. Este año, aunque aún en minoría, tres conferenciantes de la reunión de Londres eran mujeres (una de ellas, la diseñadora Larissa Meek, finalista de Miss América y muy conocida en Estados Unidos como polémica protagonista de un bochornoso reality televisivo).
Jina Bolton, una de las mujeres más influyentes en la industria, asesora del W3C y autora de libros de referencia sobre código accesible, opina que el problema es que las empresas no entienden aún para qué sirve Internet de verdad: "Es todavía un medio nuevo, y muchos lo entienden como una extensión de los tradicionales. Por eso vemos tantas web tipo folleto que no sirven para nada. Quieren parecer cool y usan Flash con muchas animaciones y efectos inútiles cuando de lo que se trata es de comunicar y de ofrecer al usuario herramientas que le sirvan. Hay que educar a los responsables de las empresas".
Paul Boag, director del congreso, abunda en lo mismo: "La culpa es de los diseñadores web. Explicamos mal en qué consisten las ventajas económicas de Internet para las empresas, y a veces no quedamos en la mera apariencia. Esto está cambiando poco a poco, debido sobre todo a una legislación cada vez más estricta sobre accesibilidad, pero también a que los sitios son cada vez más complejos y tienen más cantidad de información, que hay que organizar y ofrecer al usuario de forma sencilla y accesible". "Debería denunciarse ante los tribunales a las empresas que no cumplen la ley de accesibilidad, para que la gente se vaya concientizando. En América ya se ha hecho, pero en Europa aún no se aplica la legislación".
Vea más sobre este tema en: lautarogruss.com.ar
Pero, lo que verdaderamente interesó a los concurrentes es aprender nuevas técnicas de programación y desarrollo, y empaparse de los trucos de los maestros del diseño internacional. Lo que se ha sacado en claro es que el diseño web es, principalmente, código. Un diseñador web hoy en día debe saber programar. La época de los diseñadores gráficos reciclados a Internet ha pasado.
El perfil profesional que emerge con fuerza es híbrido: una mezcla de artista visual y tecnólogo, o como define certeramente el término anglosajón, arquitecto de la información. O arquitecta, porque en una profesión hasta ahora casi exclusivamente masculina, cada vez se ven más mujeres. Este año, aunque aún en minoría, tres conferenciantes de la reunión de Londres eran mujeres (una de ellas, la diseñadora Larissa Meek, finalista de Miss América y muy conocida en Estados Unidos como polémica protagonista de un bochornoso reality televisivo).
Jina Bolton, una de las mujeres más influyentes en la industria, asesora del W3C y autora de libros de referencia sobre código accesible, opina que el problema es que las empresas no entienden aún para qué sirve Internet de verdad: "Es todavía un medio nuevo, y muchos lo entienden como una extensión de los tradicionales. Por eso vemos tantas web tipo folleto que no sirven para nada. Quieren parecer cool y usan Flash con muchas animaciones y efectos inútiles cuando de lo que se trata es de comunicar y de ofrecer al usuario herramientas que le sirvan. Hay que educar a los responsables de las empresas".
Paul Boag, director del congreso, abunda en lo mismo: "La culpa es de los diseñadores web. Explicamos mal en qué consisten las ventajas económicas de Internet para las empresas, y a veces no quedamos en la mera apariencia. Esto está cambiando poco a poco, debido sobre todo a una legislación cada vez más estricta sobre accesibilidad, pero también a que los sitios son cada vez más complejos y tienen más cantidad de información, que hay que organizar y ofrecer al usuario de forma sencilla y accesible". "Debería denunciarse ante los tribunales a las empresas que no cumplen la ley de accesibilidad, para que la gente se vaya concientizando. En América ya se ha hecho, pero en Europa aún no se aplica la legislación".
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Ley española

La ley española sobre accesibilidad, una de las más estrictas del mundo, exige a las empresas públicas y las privadas que facturen más de seis millones de euros anuales, un nivel de accesibilidad AA antes de final del presente año (cosa que a día de hoy casi ninguna cumple), so pena de multas muy severas. La ley española causa admiración y sana envidia.
"La mayoría de las empresas creen que hacer una web que funcione bien y que sea accesible es fácil, y no lo es en absoluto", sostiene Elliot Jay Stocks, uno de los diseñadores y bloggers más respetados de la industria. "Muchos diseñadores supuestamente profesionales no tienen ni idea de programar, y tampoco hay muchos sitios donde puedan aprender bien. En el Reino Unido aún no existen cursos buenos en las universidades. Hay que seguir educando a nuestros colegas".
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